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Arqueología

La conexión entre la cretense Eleuterna y los poemas homéricos

Tal vez la antigua ciudad de Eleuterna, situada en la parte centro-occidental de la isla de Creta -más cerca de Rétino que de Heraclión-, no esté entre las más conocidas de la isla, y es que ¡ni siquiera aparece en el catálogo de las naves homérico!

Ahora bien, esta ciudad, que quizá no fue de primer orden en la Edad del Bronce, debió ser a partir de la Edad del Hierro temprana (especialmente entre los siglos IX y VII a. C., es decir, la época homérica) un lugar importante, tal vez el principal de la isla de Creta.

En esta época había en Eleuterna excepcionales artistas, como los que esculpieron, en el estilo denominado dedálico, la Dama de Auxerre y la Kore de Eleuterna, o el que modeló el fenomenal escudo (que en realidad quizá fuera la tapa de un recipiente y que puede estar relacionado con otros escudos que han aparecido en la cercana cueva del Ida) que fue encontrado en la llamada »tumba de los guerreros» y que luce en el Museo de Eleuterna como la figura más emblemática.

El escudo de Eleuterna, fechado en torno a los siglos IX-VIII a. C. Fuente:Wikimedia Commons.

El caso es que hace unos días leí una entrevista a Nikolaos Stampolidis, el responsable de las excavaciones de Eleuterna -la entrevista se puede consultar en este enlace– y, a partir de esa entrevista y de algunas otras informaciones voy a resumir en esta entrada algunos de los más interesantes hallazgos arqueológicos de la antigua Eleuterna y especialmente la conexión que se puede establecer entre alguno de ellos y los poemas homéricos.

Como se ha mencionado antes, esta ciudad floreció en la Edad del Hierro temprana y por tanto debía ser ventajoso que precisamente hubiera mucho hierro en las montañas próximas. También se extraía piedra caliza. Otro valioso recurso eran los cipreses, cuya madera era utilizaba para la construcción naval. Las tierras eran fértiles, propicias para el cultivo de vid, olivo y cereales. Si a esto le sumamos la abundancia de agua, la buena protección del entorno que proporcionaban las fortificaciones naturales ante posibles enemigos y la multitud de hierbas aromáticas, el lugar parece idílico. Se cree que muchos de sus productos los intercambiaban por metales preciosos y marfil procedentes de Egipto. La presencia de rasgos de Oriente Medio en algunas tumbas indica que algunos de sus habitantes eran de origen extanjero.

La Kore o Torso de Eleuterna. Fuente: Wikimedia Commons

Una necrópolis, llamada Ortí Petra, ha proporcionado gran número de interesantes hallazgos. Entre ellos restos de cremaciones de guerreros o aristócratas. Según el arqueólogo, son muy relevantes los restos de una pira funeraria de hacia 720-700 a. C. donde fue incinerado un guerrero junto a su pareja. A su lado están los huesos de otro hombre en una postura antinatural, decapitado. La interpretación que se le ha dado es que este hombre era un prisionero que fue asesinado en un acto ritual, lo que lo conecta con el pasaje del canto XXIII de la Ilíada de Homero en el que doce aristócratas troyanos eran sacrificados en la pira de Patroclo. Quizá algunos piensen que puede que se hayan interpretado mal estos restos o que la coincidencia no es gran cosa, pero, ¿no es demasiada casualidad que Homero señale expresamente que las dos personas que prepararon la pira funeraria de Patroclo eran Meríones e Idomeneo, es decir, dos cretenses? En todo caso, queda claro que Homero no se inventó ese ritual del sacrificio de personas ante la tumba de un guerrero, sino que estaba describiendo una práctica que realmente se realizaba en su época.

Versión coloreada de la representación en una vasija de Apulia del siglo IV a. C. en la que Aquiles está a punto de realizar un sacrificio humano ante la pira funeraria de Patroclo. Fuente: Wikimedia Commons.

Otro hallazgo muy relevante en la necrópolis la tumba M, del siglo VII a. C. ocupada por cuatro mujeres, de 72, 28,16 y 13 años. Por los hallazgos de joyas y recipientes para libaciones se cree que al menos una de las mujeres era una sacerdotisa, y las otras tres posiblemente eran aristócratas.

No lo menciona el arqueólogo pero otro objeto de Eleuterna que me parece muy destacable es un colgante de oro que representa una abeja como si fuera una diosa y que, de hecho, ha inspirado el logotipo del Museo de Eleuterna.

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